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Aunia Interactiva, un matrimonio que no duró

Hace poco más de un mes, saltaba la noticia, los dos gigantes audiovisuales de la televisión en España, Atresmedia y Mediaset, hacían oficial su ruptura comercial. La relación que habían mantenido durante ocho años, conocida como Aunia Interactiva, dedicada a la publicidad Programática, llegaba a su fin.

Lo que en un principio parecía una sólida unión, que irrumpía en el mercado para hacerse con buena parte del pastel programático, no tenía una base tan sólida como parecía.

Toma de decisiones por separado para un proyecto conjunto

La plataforma comercial de Mediaset España y Atresmedia ofrecían a los anunciantes su propio contenido digital, considerado como «Premium» y de gran calidad profesional, respaldados siempre por su nombre y su trayectoria en el sector audiovisual.

Lo que de inicio parecía «una muy buena idea y pudo suponer el germen de una gran plataforma de medios», se quedó en eso, en parecer, ya que para desgracia de ambas empresas, no triunfó. Muchos consideran que quizá no era el momento o que incluso se apresuraron a ponerla en marcha. Lo que está claro es que el mercado, no respaldó su operativa y se desarrolló de manera muy positiva, pero en otra dirección.

Ni Atresmedia ni Mediaset España se han manifestado al respecto

«Cada uno comenzó a tomar decisiones tecnológicas y comerciales propias y dejaba de tener sentido continuar con la empresa», expresaban algunas fuentes cercanas a ambas empresas, según la información de Dircomfidencial.

La idea de los responsables de Mediaset España era «trabajar de forma conjunta» con Atresmedia cuando se iniciaba la publicidad Programática. Sin embargo, a medida que la publicidad digital iba creciendo y la experiencia de los grupos era cada vez mayor, en lugar de trabajar en común, cada uno de ellos comenzó a tomar decisiones tecnológicas y comerciales de manera individual.

Aunia Interactiva acabó siendo un proyecto sin sentido

Como es lógico, dicho «matrimonio» dejó de tener sentido y, parece, porque no se ha llegado a confirmar si la decisión fue de mutuo acuerdo o si alguien dio el primer paso, que había llegado el momento de hacer vidas por separado.

La situación llegó al extremo en el que Aunia Interactiva resultaba del todo inútil, ya que ni sus propios socios compartían herramientas tecnológicas para poner en marcha los procesos.

Casi un mes después del cese de la empresa, ninguna de las partes se ha manifestado al respecto de la decisión, dando por finalizada de manera absoluta un proyecto que pudo ser, pero que no llegó.

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