Una vez más el desconocimiento sobre la Compra Programática se muestra sin complejos en los medios de comunicación. Lo sorprendente es que, en esta ocasión, se haga desde un programa al que se le presupone cierto grado de credibilidad, ya que presume de hacer «periodismo de investigación». Lo que se mostró ayer en Cuatro, en «En el punto de mira», fue un programa de fake news, lanzando precisamente eso, fake news.
Resulta curiosa la intención con la que el reportaje de ayer «Manipulación Digital», fue una buena muestra precisamente de eso, de manipulación. En lugar de realizar una investigación documentada sobre el sector de la publicidad programática, Mediaset lanzó ayer una emisión que dejaba bastante que desear en lo que a información veraz y contrastada se refiere.
Pero vayamos por partes… El señor Paolo Vasile tiene muy claro cómo funciona el negocio y tenemos que reconocer que mal desde luego no le va. El problema llega cuando para defender su beneficio pone en marcha el ventilador y ofrece a los espectadores, que no tienen por qué contar con grandes conocimientos sobre la publicidad programática, un programa en el que la conclusión que sacamos es: «Programática mala».
Pues bien, aclaremos este punto, especialmente al alto directivo y mandamás de Mediaset. Para no extendernos demasiado y que todo el mundo pueda entenderlo de forma sencilla: Si quieres comprar programática a Mediaset tienes que acudir a Aunia. Y ahí nunca podrás segmentar por canales ni sabrás en dónde sale tu campaña. Así de simple.
La publicidad programática no es opaca, es absolutamente transparente y desde Placebo Media hace tiempo que venimos ofreciendo a cualquiera que pudiese estar interesado, mostrar el funcionamiento de nuestra plataforma y nuestro DSP. Sin embargo, existen ciertos intereses algo más oscuros en determinados medios y agencias que se empeñan en luchar contra una tendencia que continúa al alza.
Si se compra programática en Mediaset no puede sementar ni saber dónde sale tu campaña
Frenar el impulso que ha tomado la programática en los últimos meses en España no es fácil, pero señores de Cuatro, así no, mentir y manipular es muy feo, sobre todo cuando lo que se ofrece con un «reportaje de investigación» es aclarar y mostrar una realidad al espectador.
Cualquier sector, incluido el del periodismo, cuenta con «piratas», eso es innegable, buena muestra de ello fue la emisión de ayer. Y aseguramos que a nadie le molesta más que a nosotros, que no solo contamos en nuestras filas con profesionales de la comunicación, sino que mantenemos contacto con ellos a diario, que se manche una profesión tan maravillosa y tan vocacional, solo por ponerla al servicio de intereses partidistas y empresariales.
La programática es transparente si quien la realiza es un profesional
Señor Juan Serrano, Director de «En el punto de mira», el periodismo tiene varias características básicas, imprescindibles, sin la que cualquier otra cosa que se haga no es periodismo, y esa es la veracidad y la documentación. Esta es una de las primeras cosas que nos enseñan cuando pisamos el aula. Igual algunos hemos tenidos suerte y hemos contado con extraordinarios profesores a lo largo de nuestra formación, sin embargo, eso no es excusa para que se hable de la manera en la que se hizo ayer sobre la publicidad programática en su reportaje.
No es la primera vez que invitamos a alguien que ha hablado mal sobre la programática a nuestras oficinas en Loom House para mostrarle la forma en la que funciona nuestro DSP. ¿El resultado? La respuesta que esperábamos: «No sabía que podía hacerse esto con la programática, efectivamente no tiene opacidad ninguna».
Para que usted, señor Serrano tenga la oportunidad de contrastar las fuentes, le invitamos el día que quiera a acudir también y gustosamente le mostraremos una realidad que se ve manchada de forma constante bien por el desconocimiento, o por algo que no nos gustaría pensar que sea así… la manipulación.
Los periodistas debemos confirmar, contrastar, opinar, redactar, documentar y mil cosas más, pero nunca inventar, eso es literatura, ficción, pero desde luego no es periodismo.
