Los anunciantes están cansados y no son tontos

Son numerosas las agencias que bien por desconocimiento o por miedo, se empeñan en convencer a los anunciantes de que sus empresas están “sobradamente preparadas” para realizar campañas relacionadas con la compra programática, pero en realidad, lo único que acaban consiguiendo estos anunciantes es dejar tiritando sus cuentas sin entender cómo funciona lo que les están vendiendo o mucho peor, sin conseguir los resultados que les habían prometido.

Ya hablamos en su momento de los “” un grupo de personas que basan su estrategia en hablar y hablar sin acabar de decir nada en concreto.

¿Alguien se preocupa por las necesidades de los anunciantes?

Placebo Media siempre ha apostado por una Programática hecha “a mano” pero con la mejor tecnología posible. La mayoría de la compra programática que prometen las agencias no tienen en cuenta las necesidades reales de los anunciantes, ni siquiera saben hasta qué punto va a crecer exponencialmente el éxito de las mismas.

Básicamente se centra en que los empleados que ya trabajan en esas agencias tendrán un nuevo “juguetito” con el que la agencia podrá explotarlo todavía más, porque le va a decir al cacharrito: “Oye, dime dónde lanzo esta campaña” y así se va a poder dedicar a otras cuentas. Pero… ¿Quién va a vigilar la campaña? ¿Quién estará pendiente de si las cosas se están haciendo bien?

Faltan PROFESIONALES, con mayúsculas

Esto es muy similar al desarrollo de otros sectores que nada tienen que ver con la compra programática. La evolución, o más bien la involución en el trato personal. ¿Recuerdas cuando éramos niños? Los médicos te miraban, te remiraban, te auscultaban, te vigilaban la garganta, las pulsaciones, absolutamente todo. Ahora vas, saca un papel, te pregunta, se pone a rellenar, firma, un sellito por aquí, tómese estas pastillas y vuelva si le sigue doliendo. En ocasiones ni tan siquiera te mira a la cara. No es falta de profesionalidad, es falta de número de PROFESIONALES. Así, con mayúsculas.

Los anunciantes están cansados de la opacidad y del Sota, Caballo y Rey sin contar por supuesto, con muchos euros en la factura a fin de mes.

Las pretenden continuar estirando el chicle hasta que se rompa y comiencen a mascar otro para sacarle de nuevo todo el jugo. Ponen lucecitas de colores con herramientas que no entiende ni el que las hace pero que quedan estupendamente en una revista del sector y a seguir vendiendo burras, motos, humo y lo que les pidan.

Así llevamos seis años ¿hasta cuando?

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