La publicidad Programática deja de dar miedo

Hace algunos días saltaba la noticia de que en Europa había aumentado la Programática in house de forma notable. Y es que muchos anunciantes se han dado cuenta de la necesidad imperiosa de cambiar de proveedor o de formar sus propios departamentos internos.

Ya no se quedan solo en lo que les contaban sobre la publicidad Programática, han investigado, han testado, han visto y probado cientos de proveedores, es decir, han hecho una labor exhaustiva de Marketing interno y han conseguido ahorrar costes inmensos y mejorar sus resultados. No se han quedado en dos frases muy manidas: «Por algo tengo una agencia» y «La Programática es mala» sino que han peleado por descubrir expertos que puedan ayudarlos, sin tener en cuenta su tamaño o su glamour, sino su conocimiento, talento y capacidad de dar el servicio requerido. Algo que siempre hemos querido transmitir a nuestros clientes desde Placebo Media.

Es una revolución silenciosa, pero gigantesca, que está cambiando totalmente el mundo de la publicidad digital tal como lo conocíamos hasta el momento, porque si mantuviéramos esa forma de ver la vida, con ese prejuicio que dice que un anunciante grande solo puede estar con un proveedor grande, no habríamos conocido la fábula de Apple, Google, Microsoft, Amazon, YouTube o Disney, que empezaron en un garaje, ni tendríamos un iPad o un PC delante, ni sabríamos quién es el ratón Mickey.

El anunciante, gracias a la compra Programática, ha aprendido una buena lección: no se trata de encontrar el partner más grande, sino el de más talento. No el que tenga más gente, sino el que pueda dar el mejor servicio. No el más conocido sino el más ágil.

Y sobre todo a no fiarse y delegar siempre, sino ser exigente, curioso y saber cuáles son los proveedores de su proveedor.

No solo hablamos de agencias y centrales de compra. Tecnologías que hace cuatro o cinco años eran muy grandes y parecían destinadas a dominar el universo programático han desaparecido, o han reducido su tamaño y sus pretensiones considerablemente o incluso han tenido que ser comprados a precio de saldo para poder subsistir, como Videology, DataXu, Rocket Fuel, etc.

Los anunciantes han perdido el miedo a invertir en publicidad programática

No, la Programática no es mala. Somos nosotros, los actores del sector, los que tenemos que adaptarnos a ella, a transmitirla, usarla y aplicarla bien.

El anunciante ya está aprendiendo. O lo hacemos correctamente, o se lo hará todo él solito o con ayuda de pequeños pero muy ágiles proveedores. No es un bulo, no es un rumor, no es la fábula del lobo: muchos anunciantes, entre ellos los más potentes, ya se están saliendo de los cauces tradicionales. Ahora se puede, gracias a la Programática.

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