La compra programática no está de rebajas

Es imposible negar la evidencia y en el caso de la compra programática es obvio que 2017 ha sido un año que ha marcado un punto y aparte para este sector. A pesar de que son muchos los que han intentado denostar de manera constante la publicidad programática, a nadie se le escapa que es una realidad y según los estudios e informes realizados a finales del pasado año, tendrá un impulso aún mayor si cabe durante 2018.

El desarrollo de este sector es imparable, no lo afirmamos desde Placebo Media porque sí, los datos lo avalan y no podemos olvidar que las grandes marcas han comenzado a crear incluso, sus propios departamentos internos para gestionar compra programática de publicidad, excluyendo a las grandes agencias que hasta el momento habían sido las encargadas de manejar la venta programática.

En este campo la combinación de logaritmos, máquinas y ser humano es imprescindible, pero no debemos perder de vista que esta última “pata” del negocio es absolutamente básica para que la compra programática tenga los resultados que se esperan de ella.

La compra programática no es magia, es trabajo

No hablamos de magia, de dedicados a hacer un seguimiento continuado de las campañas que permitan saber en tiempo real si las cosas se están haciendo bien.

Y es que la publicidad programática no ofrece resultados de manera milagrosa, para alcanzarlos es imprescindible saber qué es lo que se tiene entre manos y es precisamente eso lo que la convierte en una de las opciones con mayor transparencia para todos los actores que intervienen en el proceso.

Durante 2017 hemos escuchado hasta la saciedad los grandes problemas sobre la opacidad y el fraude que provoca la publicidad programática, no es cierto. La desinformación y la incapacidad de asumir por parte de que no están preparadas para poner en marcha una campaña con todas las garantías a sus clientes ha sido parte de estas mentiras repetidas de forma continuada.

Una buena campaña de programática reduce los gastos y aumenta los beneficios

Hemos comentado muchas veces que este sector evoluciona de una manera imparable, demasiado deprisa para todos aquellos que no están aún preparados desde un plano formativo. Las marcas lo saben y pese a todas las falacias que se han vertido sobre la compra programática siguen apostando por ella cuando los profesionales les explican cómo funciona, son conscientes de la transparencia y sobre todo de que hasta ese momento nadie les había contado realmente la verdad.

La compra programática no está de rebajas, pero desde luego puede rebajar notablemente el gasto de los anunciantes, eliminando intermediarios e invirtiendo de una manera óptima.

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