¿Cuál es la situación de la publicidad Programática hoy?

En los últimos meses la compra Programática ha comenzado a contar con el favor de parte del sector del marketing digital que hasta el momento tenía cierto recelo o desconfianza con una herramienta que, de alguna manera, resultaba desconocida, algo que se confundía con falta de transparencia.

Si bien es cierto que no todo el mundo sabe hacer de forma adecuada, a pesar de venderlo así, una Programática profesional, y que esto hace que los verdaderos profesionales tengan después que lidiar con anunciantes desencantados, la compra Programática sigue adelante y parece que sin intención de parar.

Echando un vistazo a los datos relacionados con los ad blockers, la afirmación anterior se confirma y es que muchos que se consideran, a sí mismos, como auténticos expertos en publicidad Programática, han cometido grandes errores con la única intención de aumentar sus ingresos.

La publicidad Programática hecha por profesionales

La compra Programática es un modelo de negocio en constante evolución y en el que a medida que ha ido rodando, también ha modificado ciertas prácticas para aumentar el respeto entre anunciantes, publicidad y usuario.

Precisamente para conseguir que este objetivo se cumpla, hace poco conocíamos una noticia publicada por Digiday relacionada con el «parón» del intercambio publicitario con Europa de The New York Times para cumplir con la RGPD.

Este movimiento ha resultado tremendamente positivo para la popular cabecera, que según ha informado Jean-Christophe Demarta, vicepresidente senior de publicidad global del New York Times, se ha traducido en un incremento de sus ingresos, con una estrategia basada en una orientación contextual y geográfica para acuerdos programáticos dentro del mercado privado.

La perspectiva de los anunciantes en relación a la Programática

Esta última etapa ha sido la muestra de cómo el mercado ha cambiado, no solo del lado de las agencias y actores que al final mueven los cambios y los avances del sector, sino también de cómo cada vez más anunciantes han hecho pública su disconformidad con el entorno publicitario por culpa de la falta de visibilidad y fraude de algunas grandes agencias.

Esto hizo que grandes marcas como Unilever y Procter & Gamble amenazasen con retirar su publicidad digital y gestionarla de manera interna, creando sus propios equipos de Programática in-house. En el caso de Procter & Gamble se recortaron 200 millones de dólares de su presupuesto en publicidad digital alcanzando a partir de ese momento un aumento en sus beneficios del 10%.

En definitiva, a pesar de los avances y la imagen de transparencia que la publicidad Programática ha conseguido demostrar, aún existen determinados «profesionales» incapaces de contar con un código deontológico que mejore la imagen del sector a nivel general.

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